Aunque no os lo creaís, ambos espejos se atrerán como si fueran dos imanes.Este fenómeno fue predicho en 1948 por el físico holandés Hendrik Casimir mientras trabajaba en los laboratorios de investigación Philips en Eindhoven.Estaba estudiando las propiadades de las mezclas coloidales, como la mayonesa.Casimir se dió cuenta de que ciertas interacciones entre las moléculas se podían explicar introduciendo un concepto extraño: las fluctuaciones del vacío.Y se pregunto que pasaría si sustituyera las moléculas por espejos enfrentados...
El vacío más perfecto presenta fluctuaciones cuya energía media es la mitad de un fotón, y pueden ser suprimidas o amplificadas en función de la distancia entre los espejos.Ádemas debemos tener la cuenta la presión de radiacción, algo sorprendente porque a nadie le ha tirado al suelo un rayo de luz.Pero así ocurre: como el vacío tiene energía, esta es capaz de ejercer una fuerza.Y aquí está la clave: al anularse las fluctuaciones entre los espejos, la presión de radiación fuera es mayor que dentro, y los espejos tienden a juntarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario